Enviar humanos a pie o en avión para estudiar volcanes activos de cerca no solo resulta caro sino que también puede ser peligroso. Además, no es realista hacerlo de manera habitual en una gran cantidad de volcanes.
Sin embargo, un dron convenientemente equipado y programado podría hacer el trabajo. Para ello resulta fundamental que la aeronave robótica sea capaz de llevar a cabo su misión sin necesidad de que haya cerca de él personal de control o apoyo. Por las características de las misiones de este tipo, la distancia prudencial al volcán a la que el personal debe permanecer es demasiado grande para poder ver a simple vista al dron.
En la NASA, el uso de drones para vigilar de cerca volcanes fue demostrado por vez primera en 2013. En aquella ocasión, unos especialistas del Centro Ames de Investigación de la agencia, recolectaron datos científicos mediante pequeños drones que sobrevolaron el volcán Turrialba en Costa Rica.
Más tarde, una colaboración a largo plazo entre la NASA y la empresa Black Swift Technologies, de Boulder (Colorado, Estados Unidos), dio lugar al dron S2, que ha realizado recientemente algunos vuelos pioneros en Alaska.
Concretamente, el dron realizó varios vuelos al volcán Makushin, en las Islas Aleutianas de Alaska, rodeando la cima de este volcán activo desde corta distancia. El grupo de científicos e ingenieros responsables de estas pruebas demostraron que el dron podía volar con éxito sin necesidad de estar tan cerca de un humano como para que este pudiera vigilarlo a simple vista.
Esto abre nuevas posibilidades para la vigilancia de volcanes y de otros fenómenos peligrosos en todo el mundo.
Durante la campaña de pruebas, el equipo realizó cuatro misiones del tipo descrito.
Para llegar a la cima sin la supervisión humana directa, el dron S2 tuvo que guiarse por sus sistemas autónomos y por un plan de vuelo programado.
El S2 alcanzó su meta y captó imágenes de alta resolución en luz visible y térmica. Los científicos del equipo confirmaron que es factible utilizar dichas imágenes para detectar, en las características físicas, transformaciones sutiles pero reveladoras que denotan que la actividad volcánica está cambiando en el subsuelo.
Los vuelos de prueba también demostraron la capacidad de los sensores a bordo del dron para detectar gases cuya abundancia es igualmente delatadora de tales cambios. (Fuente: NCYT de Amazings)